EL CREDO DE JESÚS

Para tentar a Jesús, un maestro religioso le preguntó: ¿Cuál es el mandamiento más importante de todos?

Jesús le respondió: El primero y más importante de todos los mandamientos es:

"OYE, ISRAEL; EL SEÑOR ES NUESTRO DIOS. EL SEÑOR ES UNA SOLA PERSONA."

(Marcos 12:29)

Entonces el hombre le respondió:

Correcto, Maestro. Es verdad lo que has dicho, que Dios es una sola Persona, y que no hay otro sino Él.

Jesús vio que le había dado una respuesta inteligente y le dijo:

No estás lejos del reino de Dios.

(Marcos 12:32-34)

Nuestro Credo es el Credo de Jesús, y el Credo de Jesús es el Credo de Israel (Deuteronomio 6:4). Jesús confimó y enseño el Credo de su herencia Judía ―el Shemá― como el PRIMERO y MÁS importante de TODOS los mandamientos. Por lo tanto, el primer texto que debe creer, aprender y enseñar un Cristiano es: el Credo de aquel a quien sigue, su Maestro, el Cristo Jesús. (Marcos 12:29). Jesús como Judío que es, no contradice el Credo de sus antepasados. Y como se puede apreciar, el Credo de Jesús es bastante sencillo de entender, incluso para un niño.

A continuación usted tiene una lista con los Credos oficiales de la religión Católica-Protestante. Los publicamos con el propósito de que los asistentes a las iglesias se informen respecto a los Credos que profesan, ya que algunos les adjudican dichos Credos a la Biblia. Muchos hermanos a lo largo de estos casi dos mil años pagaron con su vida por no haberse sometido a dichos Credos.

Uno de los más notables casos del siglo XVI fue el cruel asesinato del español Miguel Servet a manos de Juan Calvino (venerado como Santo por algunas Iglesias), quien buscó la leña más verde para que quemarlo vivo y a fuego lento por no creer en la Trinidad.

Estas fueron las palabras de Miguel Servet desde una celda de la cárcel de Ginebra en Suiza:

"Os suplico muy humildemente que tengáis a bien abreviar estas grandes dilaciones o me situéis fuera de la criminalidad. Veis que Calvino está al término de su papel, no sabiendo este qué debe decir. Y por su gusto me quiere hacer pudrir en la prisión. Los piojos me comen vivo, mis calzones están destrozados y no tengo muda ni jubón ni otra camisa que una mala."

Y estas fueron las palabras de Sebastián Castellión sobre el asesinato perpetrado por Juan Calvino:

"Yo no defiendo la doctrina de Servet, lo que ataco es la mala doctrina de Calvino. Después de haberlo hecho quemar vivo se ensaña ahora con él ya muerto. Servet no te combatió con las armas sino con la pluma, tú has contestado a sus escritos con la violencia. Pero matar a un hombre para defender una doctrina, no es defender una doctrina, es matar a un hombre."


CREDOS CATÓLICOS-EVANGÉLICOS

CREDO DE NICEA 325 D.C.

Creemos en un solo Dios, el Padre todopoderoso, creador de todas las cosas visibles e invisibles;

Y en un solo Señor Jesús Cristo, el Hijo de Dios; engendrado del Padre, es decir, el unigénito de la esencia del Padre; Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado; siendo de una misma sustancia con el Padre;

por quien todas las cosas fueron hechas: tanto lo que hay en el cielo como en la tierra;

quien por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó y se encarnó, se hizo hombre,

Él sufrió y resucitó al tercer día, ascendió al cielo, de allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos;

Y en el Espíritu Santo.

Pero esos que dicen: 'Hubo un tiempo en el que él no existió;' y: 'Antes de ser hecho él no existía;' y: 'Él fue hecho de la nada,' o 'Él es de otra hipóstasis' o 'naturaleza,' o 'El Hijo de Dios es creado,' o 'cambiable,' o 'alterable,'—a éstos los anatematiza la Iglesia Católica.

CREDO NICENO-CONSTANTINOPOLITANO 381 D.C.

Creemos en un solo Dios, el Padre todopoderoso, creador del Cielo y de la tierra, de todas las cosas visibles e invisibles;

Y en un solo Señor Jesús Cristo, el unigénito Hijo de Dios; engendrado del Padre antes de todas las eras, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no creado; siendo de una misma sustancia con el Padre;

por quien todas las cosas fueron hechas;

quien por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación, bajó del Cielo y fue encarnado por el Espíritu Santo de la Virgen María, y se hizo hombre,

Él fue crucificado bajo Poncio Pilato, y sufrió y fue sepultado y al tercer día resucitó, de acuerdo a las Escrituras, y ascendió al cielo, y se sentó a la diestra del Padre;

de allí vendrá de nuevo, con gloria, a juzgar a los vivos y a los muertos; cuyo reino no tendrá fin.

Y en el Espíritu Santo, el Señor y Dador de vida, quien procede del Padre, quien con el Padre y el Hijo juntamente es adorado y glorificado, quien habló por los profetas.

En una Iglesia Católica Santa y Apostólica; reconocemos un solo bautismo para la remisión de los pecados; buscamos la resurrección de los muertos, y la vida de la era venidera. Amen

CREDO-CONFESIÓN DE ÉFESO 431 D.C.

“Los santos padres…se atrevieron a llamar a la santa Virgen Teotokos (Madre de Dios), no como si la naturaleza de la Palabra o su divinidad recibió el principio de su existencia de la santa Virgen, sino porque de ella nació su santo cuerpo, racionalmente dotado con un alma, con la cual [el cuerpo] la Palabra se unió conforme a la hipóstasis, y es dicho haber sido engendrado conforme a la carne”

Confesando que la Palabra está unida a la carne según la hipóstasis, nosotros adoramos a un Hijo y Señor, Jesús Cristo. Nosotros no lo dividimos en partes y separamos al hombre y Dios como si [solamente] estuvieran unidos entre sí a través de una unidad de dignidad y autoridad…ni nombramos separadamente a Cristo la Palabra de Dios, y de forma similar, separadamente, otro Cristo de la mujer, sino que solo conocemos un Cristo, la Palabra de Dios el Padre con su propia carne…Pero no decimos que la Palabra de Dios habitó como en un humano ordinario nacido de la santa virgen…nosotros entendemos que, cuando él se hizo carne, no en la misma manera que se dice que habita entre los santos, nosotros distinguimos la manera de la morada; sino que fue unido por naturaleza y no convertido en carne… Hay, pues, un Cristo, un Hijo y un Señor, no con la clase de conjunción que un ser humano puede tener con Dios como en una unidad de dignidad o autoridad; Porque la igualdad de honor no une las naturalezas. Porque Pedro y Juan eran iguales entre sí en honor, siendo ambos apóstoles y discípulos santos, pero los dos no eran uno. Tampoco entendemos que la manera de conjunción sea de yuxtaposición, pues ésta es insuficiente en lo que respecta a la unión natural…Más bien rechazamos el término 'conjunción' como inadecuado para expresar la unión…La santa virgen dio a luz en la carne a Dios unido a la carne según la hipóstasis, por esa razón la llamamos Teotokos (Madre de Dios)…Si alguien no confiesa que Emmanuel es, en verdad, Dios, y por lo tanto que la santa virgen es Theotokos [Madre de Dios] (porque ella llevó de manera carnal la Palabra de Dios hecha carne), sea anatema.

CREDO-DEFINICIÓN DE CALCEDONIA 451 D.C.

Siguiendo, pues, a los Santos Padres, todos unánimes enseñamos que nuestro Señor Jesús Cristo es para nosotros uno solo y el mismo Hijo, el mismo Perfecto en la Divinidad y el mismo Perfecto en la Humanidad, verdaderamente Dios, y verdaderamente Hombre; el mismo de alma racional y de cuerpo; coesencial con el Padre en cuanto a la Divinidad, y el mismo coesencial con nosotros en cuanto a la Humanidad; semejante en todo a nosotros, menos en el pecado; engendrado del Padre antes de las eras en cuanto a la Divinidad, pero en los últimos días, el mismo, por nosotros y por nuestra salvación (nacido) de María la Virgen, Madre de Dios en cuanto a la Humanidad; Uno solo y el mismo Cristo, Hijo, Señor, Unigénito; reconocido en Dos Naturalezas sin confusión, incambiable, indivisible, inseparable; la diferencia de las naturalezas en ningún modo ha sido eliminada por causa de la unión, sino más bien, las propiedades de cada naturaleza se conservan, y (ambas) concurren en Una sola Persona y en Una sola Hipóstasis; no como si estuviera partido o dividido en Dos Personas, sino Uno solo y el mismo Hijo y Dios unigénito, Palabra, Señor, Jesús Cristo; como desde el principio los profetas han enseñado acerca de Él, y como el Señor Jesús Cristo mismo nos enseñó, y como el Símbolo de los Padres no ha transmitido.

Estas cosas habiendo sido definidas por nosotros con toda posible exactitud y cuidado, el Santo y ecuménico Sínodo ha decretado que a nadie será lícito profesar, escribir, componer, sentir, o enseñar a otros cualquier otro Credo; pero aquellos que se atrevan ya sea a componer otro Credo, o proponer o enseñar o entregar otro Símbolo a aquellos que desean volverse del Paganismo o del Judaísmo, o de herejía de cualquier clase al pleno conocimiento de la verdad, que tales personas, si son obispos o clérigos, sean depuestos, los obispos del episcopado y los clérigos de la oficina clerical, y, si son monjes o laicos, deben ser anatematizados.

CREDO DE ATANASIO ca. 500 D.C.

“Quien quiera ser salvo, ante todo es menester que mantenga la fe Católica; Quien no la guarde íntegra e inviolada, sin duda perecerá para siempre. Y la fe Católica es esta: Que veneremos a un solo Dios en la Trinidad, y a la Trinidad en la Unidad; Sin confundir las Personas; ni dividiendo la Esencia. Porque una es la Persona del Padre; otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo. Pero la Divinidad el Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es una sola; Igual gloria y coeterna Majestad. Tal como es el Padre, tal es el Hijo, y tal es el Espíritu Santo. Increado el Padre, increado el Hijo, e increado el Espíritu Santo. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, e inmenso el Espíritu Santo. Eterno el Padre, eterno el Hijo, y eterno el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno. Como no son tres increados; ni tres infinitos, sino un solo increado y un solo infinito. Igualmente, Todopoderoso el Padre, Todopoderoso el Hijo, y Todopoderoso el Espíritu Santo. Y, sin embargo no son tres Todopoderosos, sino un solo Todopoderoso. Así, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios. Y, sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios. Así, el Padre es Señor, el Hijo es Señor, y el Espíritu Santo es Señor. Y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor. Porque así como por la verdad Cristiana somos compelidos a confesar como Dios y Señor a cada persona en particular; así la religión Católica nos prohíbe decir tres Dioses o tres Señores. El Padre, por nadie fue hecho ni creado ni engendrado. El Hijo es del Padre solo, no hecho ni creado, sino engendrado. El Espíritu Santo, es del Padre y del Hijo, no fue hecho ni creado, ni engendrado, sino que procede. Así, hay un solo Padre, no tres Padres; un solo Hijo, no tres Hijos; un solo Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos. Y en esta Trinidad, ninguno es antes o después de otro, ninguno es mayor o menor que otro. Sino que las tres Personas son coeternas y coiguales. Así que, como antes se ha dicho, en todo hay que adorar la Unidad en la Trinidad y la Trinidad en la Unidad. El que quiera, pues, ser salvo, así ha sentir de la Trinidad.

Pero es necesario para la salvación eterna creer también fielmente en la Encarnación de nuestro Señor Jesús Cristo. Porque la fe recta es, que creemos y confesamos que nuestro Señor Jesús Cristo, el hijo de Dios, es Dios y Hombre. Es Dios de la Sustancia [Esencia] del Padre; engendrado antes de los mundos; y es Hombre de la Sustancia [Esencia] de su Madre nacido en el mundo. Perfecto Dios, y perfecto Hombre, subsistente de alma racional y de carne humana. Igual al Padre tocante a la Divinidad, e inferior al Padre tocante a su Humanidad. Quien aunque es Dios y Hombre, aun así él no es dos, sino un solo Cristo. Uno solo no por la conversión de la Divinidad en la carne, sino por la asunción de la Humanidad en Dios. Uno en total, no por confusión de Sustancia [Esencia], sino por la unidad de la Persona. Porque como el alma racional y la carne es un solo hombre; así Dios y Hombre es un solo Cristo. Quien sufrió por nuestra salvación, descendió al infierno, al tercer día resucitó de entre los muertos. Ascendió al cielo, está sentado a la diestra de Dios el Padre Todopoderoso, desde allí vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos. Y a su venida todos los hombres han de resucitar con sus cuerpos y darán cuenta de sus propios actos. Y los que obraron bien, irán a la vida eterna; y los que mal, al fuego eterno. Esta es la fe Católica y el que no la creyere fiel y firmemente, no podrá ser salvo.”

CREDO DE CONSTANTINOPLA 553 D.C.

Resumen

• Quien no crea en la Trinidad sea anatema.

• Quien no crea que María es Madre de Dios sea anatema.

• Quien no crea que Jesús tiene Doble Naturaleza sea anatema.